jueves, 13 de diciembre de 2012

A los que a Dios aman.

A los que a Dios aman.
 
En la vida, no siempre entendemos
lo que dice la Santa Escritura.
Dios es sabio, lo reconocemos …
Pero hay cosas que vemos oscuras.

Cuando es dura la vida y nos daña,
no apreciamos que en ese momento:

TODO ES BIEN PARA LOS QUE A DIOS AMAN.

Nos aturde el voraz sufrimiento.

Que sufrir pueda ser provechoso
nos parece irreal e inhumano.
Sin embargo, es un juicio armonioso …
Una ley que en la vida encontramos.

No fecunda el trigal, si no mueren
los granitos de trigo … Y la espiga
no nos da el gran tesoro que tiene,
sin que pase por ella la trilla.

Igualmente en la vida cristiana,
cuando Dios algo duro permite
siempre tiene una meta muy sana;
y un provecho ejemplar nos transmite.

Su Palabra es la fiel garantía
que al cristiano da fe y confianza.
Si el Señor de esta forma nos guía,
lo demás tiene poca importancia.

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